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Debate a 4: el debate decisivo

Foto del escritor: Nuria MorenoNuria Moreno

Soraya Sáenz de Santamaría, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez: su comunicación no verbal y cómo podrían mejorarla.


Fin, al fin, del interminable bipartidismo.

Durante mucho tiempo me he preguntado cómo es posible que en España los políticos no tengan una buena competencia comunicativa. Me preguntaba cómo es posible en un país como España tener que apagar la televisión o cambiar de canal en cada debate, puesto que me parecía más una pelea de verduleras que la representación del más alto standing social. Un político representa la sociedad, ha de tener una muy buena imagen y ha de tener una competencia comunicativa excelente. Ayer me sentí orgullosa de poder escuchar a nuestros políticos, a cada uno de ellos, y esto me ha animado a escribir un pequeño artículo sobre su comunicación no verbal. Significa que España está cambiando y hacia mejor, y que realmente nos representan o al menos nos representan algo más y bastante mejor.

La comunicación no verbal es algo más que analizar los gestos en el momento del habla, si la persona se rasca el cuello, o se cruza de brazos o se echa hacia atrás. Esos gestos se han de analizar en contexto, y el contexto no es solo el marco espacial y temporal y lo que se dice en el momento, sino que el contexto viene dado también por la propia identidad de la persona, cómo es esa persona, cómo funciona esa persona a un nivel cerebral, a un nivel bioquímico, a un nivel temperamental, a un nivel emocional y a un nivel corporal.

En este sentido tenemos que Albert Rivera, no es que estuviera nervioso, sino que es que ES nervioso, es el más nervioso de los cuatro, y por eso no paró de moverse y continuamente se recolocaba cambiando el peso de los pies. Es el más emocional de todos, vive en la acción, la rapidez, la agilidad y el movimiento, y es el más competitivo también, por eso en un debate tú a tú con Pablo Iglesias, como vimos en Salvados, le gana por goleada, ¿por qué? simplemente por que no le deja al otro ser, porque difícilmente le va a dar el espacio donde el otro se luzca, y si lo hiciera, se luciría, claro. En este otro contexto, el de ayer, fabuloso, la cosa cambia. Bravo Ana y Vallés y a todo el equipo que lo hizo posible. ¡Enhorabuena! Cuando vemos un Pablo Iglesias en un formato donde puede mostrar su gran cualidad, su competencia racional, tenemos la oportunidad de escuchar a un buen orador. Ya el DNI corporal de Iglesias, su estatua, nos muestra cuál es su preferencia cerebral, la racional, no hay más que verle de perfil, su cabeza sobresale hacia delante. Su competencia racional es muy superior a cualquiera de los otros candidatos y ayer así lo demostró, tanto a nivel retórico como argumentativo, como de dar datos, como de escucha y participación. Fue el candidato que menos interrumpió y el que más disfrutó el debate, se lo pasó pipa. Sus piernas más abiertas de lo que sería normal indican que necesita todo ese apoyo extra para compensar su falta de cuerpo y conectar con la fuerza y encontrar la estabilidad, pero a nivel mental tiene la confianza de que no pierde la conexión con las ideas y de que es capaz de gestionar, voy a decir mejor, contener, ya lo explicaremos en otro momento, el impulso emocional del momento, aunque en algún momento sí lo perdió y también interrumpió. Destaca también en esta postura que sus pies están siempre firmes bien apoyados en el suelo, y esto muestra solidez y enraizamiento a pesar de que necesite abrir tanto las piernas. La pregunta que nos sugiere esta postura que llama mucho la atención, es qué pasa con la gestión de la fuerza, con la firmeza y con la autoridad. Esto es lo que tendríamos que trabajar a un nivel de CNV con Pablo Iglesias, la fuerza en el cuerpo y por supuesto, lo que ello implica.

Soraya, pies al frente y piernas rectas, mostró su competencia práctica, es una mujer con foco, lo que hace lo dice, - estoy hablando de la persona, no del partido -, tiene la capacidad de proponerse objetivos y cumplirlos y el cuerpo así lo muestra, no pierde el foco. Todo político y todo líder, tiene que tener esta competencia, y las personas que acudieron al debate la tienen todos. Sigamos con la chaqueta que tanto debate generó, negra o azul, qué más da, tampoco había una gran diferencia, lo que importa de la chaqueta es que se la puso para tapar, lo que a Pablo le faltaba, que no le da ninguna importancia a la imagen, y sí la tiene, a Soraya le sobraba, y no es que pretenda que no lleve chaqueta, sino simplemente que no sea un saco de chaqueta, si bien también hay que reconocer el gran valor de todos los candidatos que allí estuvieron sin atril, es una exposición total, y normalmente el atril está para protegerles más que para otra cosa. Soraya tuvo el papel más difícil de todos, no es lo mismo proponer que tener que defender, sobre todo si lo que hay que defender es indefendible, pero he de decir, que lo hizo muy bien, y lo hizo muy bien porque demostró tener una excelente gestión emocional, mantuvo la calma en todo el momento, no tomó nada a un nivel personal, ni tampoco atacó de vuelta, su cuerpo mostró en todo momento estabilidad, su voz y su mirada también. Falló al principio por haberse preparado la pregunta sobre la ausencia de Rajoy de memoria, se notó mucho, por momentos le faltaba el aire, iba desacompasada, y esto le restó espontaneidad, lo cual se traduce en el público como falta de seguridad y autenticidad, aunque sea puntual, y el mensaje que ya de por si era débil argumentativamente hablando, perdió aún más fuerza, en fin, que empezó mal, pero también es verdad que lo tenía difícil. El cuerpo de Soraya, no es una roca como el de Albert que es puramente de acción, un líder nato, si no se dedicara a la política sería un número 1 en lo que hiciera. Soraya no, es una persona más introvertida y reflexiva. Podemos decir que tiene tanto la competencia práctica de lograr objetivos y de transmitir confianza como la gestión emocional de saber cuidar a las personas.

Pedro Sánchez fue el que más interrumpió de todos y esto debilita su liderazgo, su credibilidad y su competencia comunicativa. Si no hay capacidad de escucha, no hay reflexión y no hay liderazgo posible. También es el que más atacó siguiendo con el modelo de la vieja política de me defino por oposición y hay que acabar con el contrario. Pedro, que ya no hay contrario. Interrumpir a un nivel comunicativo es lo peor. Es necesario corregir las interrupciones, ese tipo de comunicación crea un contexto adrenalítico, es el principio de las guerras y los conflictos, una invasión en el espacio, el espacio del otro para expresarse. No obstante, su cuerpo también muestra una buena competencia práctica y psíquica, siendo esta última su fuerte, prefiere la cercanía, modula la voz, enfatiza, acentúa. Vemos calidez pero abusa de este estilo persuasivo y grandilocuente que va en detrimento de su credibilidad y resta fuerza a su mensaje. Pedro Sánchez no explota su gran valor, su excelente competencia psíquica. Si evitara las

interrupciones, los ataques y las muecas mientras otros hablan y sus mensajes fueran más objetivos, concretos y con datos, ganaría mucho en su comunicación.

Empiezo a tener esperanza en nuestros políticos, en la diversidad y pluralidad que constituye España y en que todas sus voces estén representadas y juntos hagamos un país mejor.

Nuria Moreno Experta en Comunicación no Verbal


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